dejar atrás el ancla del pecado.
¿Para qué un corazón petrificado
si él puede transformarlo en blando amor?
¿Para qué la penumbra y el helor
si puedo hallar en Dios un sol sobrado?
He sido en mi camino triturado
por lo que pido gracia a mi Hacedor.
Quiero con mi Señor estar en paz,
la niebla deshacer que nos separa,
y andar a su presencia como un niño
para que, si él lo quiere, ver su faz
en alta gloria, lejos de la vara
de corrección, más cerca a su cariño.
22.08.2025