tu ciudad levantada al esplendor
y a la alabanza dulce de los pueblos.
Jerusalén, ciudad de Dios llamada
y la heredad de sus misericordias.
Quien ama a Dios tu salvación espera.
A mayor santidad mayor la luz;
su gloria cubre todo el universo.
Dios no se cansa en sus misericordias,
desde su estrella más lejana, escucha.
Y aun abundando en ángeles y santos
no hay pequeño olvidado por su amor.
Cuánto esplendor de la ciudad de Dios;
magnífica es la voz de sus entradas.
Almas alborozadas llegarán
a las puertas de paz que nunca cierran.
¡Gloria eterna al Señor del universo!
No hay alma que se prive de su luz.
Que hable por gracia el corazón del hombre,
y por influjo del Amor, que cante.
Que enaltezca el poder que nunca acaba.
¡Que dé cada mañana gloria a Dios!
Señor, si tú lo quieres,
vendrá un día la paz a nuestras almas;
paz y amor a la sombra de tus alas.
Mi Dios, si tú lo quieres,
la noche se ha de transformar en día,
y el sol tendrá a los reinos de la luna.
Señor, si tú lo quieres,
habrá misericordia para el pobre
y justicia por fin al desvalido.
Mi Dios, si tú lo quieres,
no existirá impiedad en el futuro;
los malos se convertirán un día.
Señor, si tú lo quieres,
todos alabarán tu santo nombre;
han de ensalzar lo bueno de tus obras.
Mi Dios, si tú lo quieres,
huirá la enfermedad entre tus hijos;
sanarán con la sangre de tu Cristo.
Señor, si tú lo quieres,
tendrás misericordia de mis pasos;
a este torpe guiarás al reino ansiado.
28 de agosto de 2018
La tierra de mi Cristo es Israel,
también todos los pueblos de la Tierra;
aun las sendas del mar le pertenecen,
y la gloria del rayo en la tormenta.
Todos los corazones salvos aman
los dichos de su boca justiciera.
Es el amo del mar y de sus ondas;
su palabra en el aire señorea.
Solo en mi Cristo está la salvación;
por medio de él veremos al Señor.
Toda la Tierra alabará la edad
de la soberanía de su amor.
26 de agosto de 2018
Alabemos al Señor,
Padre igual de cielo y tierra,
el que a sus criaturas ama
en luz y piedad eterna.
Cuán buena es la obra de Dios,
no hay término para ella;
y cuán bueno lo erigido
como arquitecturas tiernas.
Se ensalza con alabanza
al que da toda existencia,
y se pregona con himno
al que atiende sus promesas.
Todo santo da honra a Dios,
y todo hombre gloria expresa
al Hacedor de portentos,
y sus maravillas cuenta.
Estemos atentos todos
porque el Señor está cerca;
y digamos: ¡Alabado!
ante el bien de su presencia.
25 de mayo de 2018