miércoles, 20 de agosto de 2025

Mar de estrellas

Todos los esplendores de este mundo 
no alcanzan a la gloria del Señor 
ni diez mil corazones a su amor 
ni a su paz el sosiego más profundo. 

Ante tal Rey glorioso no hay segundo 
ni hay mar de estrellas como su fulgor. 
El cosmos se deleita en su Hacedor 
que torna el suelo estéril en fecundo. 

Nos duele el peso de la indignidad. 
¿Quién observa a la altura y no se asombra? 
¿Quién no tiembla al sentir la luz divina? 

Nada va más allá que la verdad 
El gran saber de Dios todo lo nombra 
Solo en su territorio el bien germina. 


08.08.2025