sábado, 25 de septiembre de 2010

Ángeles

Los dioses del alba lloran
un icor vinoso al mar,
y un murmullo de palomas
sin altar.

Los grandes derraman canto
en las barcas de las nubes,
y la lluvia anclada al llanto
se confunde.

Van en alas de presteza
entre el sueño y la ciudad;
todo en su mirada expresa
dignidad.

No se conoce su rostro
mas que un reflejo en el Sol;
su única huella en el polvo
es amor.


29/12/2002

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