¿Quién que palpite por su salvación
y sueñe un día con escudriñar
por las piedras dispersas de su Templo?
En el viento de Sion tendremos alas,
allí mi voz será de libertad.
Porque el amar a Sion
es conocer la voz del que vendrá.
Los caminos de amor llevan a Sion.
Querer a Sion
es portar la alegría de la luz.
9/01/2001