La rosa guarda aromas
de un humus misterioso y perfumado
que estuvo en el Edén.
Sus palabras al viento son palomas
jugando al aleteo enamorado;
y su color, un Sol amanecido
que alumbra en medio del rosal también.
Se suma lo creado
a la visión de un mundo florecido,
como presente cierto del Amado.